domingo, 22 de mayo de 2011

Comparto con ustedes el ensayo de la compañera Laura Alfonso sobre Desarrollo Psicosexual, a partir del análisis de la película "La Teta y la Luna", del realizador español Bigas Luna.


Sexualidad en la infancia
                                                                                       Laura Alfonso- Fundación Universitaria San Martín                                                     
Popularmente se piensa que durante la infancia, el niño se encuentra abstraído casi por completo de la sexualidad y en aquellos en los que es mas manifiesta se les juzga fuertemente, se piensa que padecen de algún trastorno o ha sido expuesto tempranamente a contenidos sexuales no aptos para su edad. Los niños tienden a representar la pureza e inocencia por lo que es difícil para los adultos comprender el hecho de que en la niñez también se lleva a cabo un desarrollo psicosexual significante. Sin embargo, en la infancia las ideas acerca de determinados componentes sexuales se evidencian en el niño sin ningún tipo de morbo ni malicia, pues el infante solo crea construcciones a partir de la información que le transmite su entorno.

En la película “La Teta y la Luna” se narra la historia de Tete, un niño de 8 años, el cual se ve afectado por el hecho de tener un hermano nuevo, y que este tenga la posibilidad de ser amamantado por su madre mientras Tete debe beber leche de un vaso. Por lo anterior Tete decide emprender la búsqueda de una teta para él solo, la cual encuentra una extranjera llamada Estrella, pero rápidamente la situación se complica cuando Miguel, uno de sus amigos queda perdidamente enamorado de la misma mujer.

Es muy interesante la forma en que Tete interpreta la sexualidad y como la justifica. En su mente, todo lo referente a dicho tema gira en torno a la leche, pues para él, es por esta que las mujeres tienen senos de gran tamaño, los cuales son abastecidos de leche por un hombre, el niño llega a esta conclusión al ver a sus padres en la intimidad, y en su mente este hecho solo tiene como finalidad que al día siguiente la madre tenga leche para amamantar a su hermano menor. En este punto se evidencian las teorías acerca de la sexualidad en la infancia, las cuales son: 1. De donde vienen los niños; 2. La sexualidad de los padre; 3. La diferenciación sexual entre hombres y mujeres. Observando lo anterior desde un punto de vista objetivo, el niño solo se encuentra haciéndose preguntas sobre aspectos biológicos y sobre su origen que contienen un trasfondo sexual y hacen parte de las etapas del desarrollo que conllevan a la conformación de la identidad sexual.

Tanto en la niñez como en la edad adulta, el ser humano constantemente se encuentra haciendo asociaciones acerca de lo que desea, como en la película en el caso de el amigo de Tete, Estalone, para él su motocicleta simbolizaba a una mujer, por solo citar un ejemplo. Las asociaciones de objetos que simbolicen el deseo insatisfecho no son propiamente conexiones entre dos objetos que guarden características similares o tengan relación entre sí, si bien es posible que si ocurra de este modo, en las personas suele tratarse de asociaciones poco comunes que esconden el verdadero deseo de la persona, y por medio  de estos simbolismos se logra satisfacer.

Todos los deseos insatisfechos y la mayoría de los simbolismos por lo general se construyen o nacen a temprana edad, durante la infancia, lo cual es otra explicación de la sexualidad en la vida del niño y la naturalidad de ella.

Los vínculos afectivos son una pieza crucial en todas las formaciones de desarrollo por las que atravesará el infante, siendo su madre la primera en establecer este tipo de vínculos.

Simón Brainsky (2003) afirma “inicialmente los fines de los instintos sexuales siguen un curso paralelo al interés nutricio, es decir, a los instintos del yo” con lo que explica la relación en la fase oral entre la necesidad del niño por ser alimentado y el placer y la representación que esto conlleva para él, puesto que cuando la madre amamanta al infante no solo suple una necesidad biológica, alimentarlo, sino que también cumple la función de recibir las proyecciones que el niño tiene hacia ella, que suelen ser sobre miedo, y regresárselas laboradas, dando tranquilidad al bebé. Lo anterior se refleja claramente en la película, Tete, en un primer plano, siente la necesidad de ser amamantado del seno de una mujer, como lo hace su madre con su hermano menor, pero paralelo a esto también está el sentido sexual de su deseo que es simbolizado con la leche. Todo lo anterior evidencia indudablemente el Complejo de Edipo en Tete, al enamorarse de Estrellita en un primer momento y ver como un rival a su amigo Miguel, aunque ellos no son sus padres biológicos, en ese momento para el niño representan las figuras materna y paterna. El niño trata por todos los medios de estar al nivel de Miguel para llamar la atención de Estrellita imitando cualquier acción que ella resalte como agradable o fascinante con la finalidad de hacerlo a un lado y que ella lo elija a él.

La película culmina mostrando la terminación de todo este proceso por el que pasa el niño; Tete logra subir hasta el final de la pirámide, y desde allí ve a Estrellita quien anteriormente se había marchado, esta lo recibe con los brazos abiertos y lo amamanta, a continuación se une a ellos su madre quien toma al niño y lo amamanta también, Tete se alegra mucho al ver todo esto y afirma que prefiere quedarse con el seno de su madre. Cuando el niño baja, es aclamado por todos por haber logrado escalar la pirámide humana y su padre, quien está muy orgulloso de su hijo, afirma que el niño tiene muchos “cojones”. Con esto se demarca la finalización del complejo de Edipo en Tete, quien abandona el amor y el deseo que sentía hacia su madre para asumir su papel como hombre en la sociedad.

Finalmente la película muestra una realidad que la sociedad se niega a ver, pero que se encuentra ahí y juega un papel muy importante en la formación de la psicosexualidad del hombre. Las etapas por las cuales atraviesa un niño durante su infancia son completamente normales, pero por esto no se les debe restar importancia ya que estas etapas (oral, anal y complejo de Edipo) son un componente decisivo que marcaran la personalidad de la persona en su madurez y si tendrá o no algún tipo de desorden o trastorno, y sobre todo, se debe admitir que la infancia también es una etapa cobijada por la sexualidad.

Brainsky, S. (2003) “Manual de Psicología y Psicopatología Dinámicas”. Bogotá:   Panamericana

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